La Propiedad Intelectual es una de las más modernas ramas del mundo jurídico, es dinámica y, a diferencia del resto de las áreas de esta profesión, se encuentra en conexión constante con la innovación, el arte, la ciencia, la tecnología y la creatividad en todas sus formas de expresión.

La Propiedad Intelectual se encarga de reconocer y proteger las obras de la mente humana y a sus propietarios, así como de establecer reglas justas de registro e intercambio de estos bienes que conocemos como intangibles (pues no son físicos, sino que existen en el mundo de las ideas).

Dividimos la Propiedad Intelectual en dos grandes partes: Propiedad Industrial, que cubre todos los activos intangibles de la industria y el comercio; y los Derechos de Autor, que protegen la paternidad de las obras de arte.  Ejemplos de propiedades industriales: marcas, modelos de utilidad, patentes. Ejemplos de derechos de autor: derecho patrimonial, derecho moral, derecho de reproducción, entre otros.

Pero, ¿cómo y cuándo inició la Propiedad Intelectual?

Todos los derechos que comentamos arriba se pueden reducir a la realidad básica de que una obra pertenece a aquel que la creó. Por esta causa, la Propiedad Intelectual como suceso natural humano se puede remontar al primer hombre de las cavernas que ideó una forma nueva de hacer algo determinado.

Entonces, ¿por qué hablamos del “inicio” de la Propiedad Intelectual?
En realidad nos referimos a las circunstancias históricas durante las cuales la sociedad declaró la existencia y la importancia de hacer valer estos derechos, dándoles definición, clasificación y convenciones.

Los primeros hechos directamente relacionados a la Propiedad Intelectual, de los cuales hay registro,  sucedieron en el Renacimiento, el periodo Barroco y la Ilustración, relacionados más concretamente con los derechos de autor. ¿Puedes creer que alguna vez se declaró que el autor de una obra literaria, por ejemplo, no ostentaba sus derechos, sino el impresor?

Finalmente la aparición y expansión del capitalismo aceleró de manera drástica el desarrollo de la Propiedad Intelectual, ya que la misma era una necesidad para la producción de todos aquellos diseños, productos y tecnologías.

En 1886 el famoso escritor francés Víctor Hugo convocó una reunión donde se adoptaría el Convenio de Berna para la Protección de Obras Literarias y Artísticas, tras la cual se funda la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, iniciando así la vida legislativa internacional de la Propiedad Intelectual.

Por último, el siglo XX vio un verdadero auge de la Propiedad Intelectual, con el establecimiento de legislaciones especiales sobre el tema en gran parte del mundo. Avanzó el delineamiento de los Derechos de Autor y diversificación y mejoría de las patentes. El vertiginoso desarrollo del mundo del entretenimiento y la tecnología a finales de este siglo impulsó enormemente los próximos ajustes a la Propiedad Intelectual internacional y a las normas nacionales que la rigen en cada país, adaptándose a las necesidades de las personas que producen estos valiosos intangibles.

En otra ocasión te contaremos un poco más sobre los diversos convenios que al día de hoy rigen la Propiedad Intelectual en el mundo, así como las leyes que existen en Panamá sobre este importante tema. ¡En nuestro país somos al momento el único despacho panameño completamente enfocado en Propiedad Intelectual!


Autora del artículo: Kat Yurchenko